Ps. Arturo de los Santos
Con frecuencia los creyentes miramos al pasado para meditar en nuestra vida antes de Cristo, y en ocasiones hay fragmentos de ella que preferiríamos poder borrar. Si volviéramos al pasado, tomaríamos distintas decisiones para evitar ciertas vivencias, dolores y errores. Esto nos lleva a pensar que no hay forma en la que Dios querría usar a personas con historias como las nuestras para su obra. ¿Cómo podríamos ser dignos de tanto honor? Sin embargo, la vida de Rahab nos recuerda que el Señor no desperdicia experiencias y cada renglón de nuestra historia puede servir a Su propósito eterno. Después de todo, ¿quién pensaría que una mujer conocida por milenios como “Rahab la ramera” sería incluída dentro de la genealogía de Jesús? ¡Con cuánto amor nos ha mirado el Padre!