Pastor Arturo de los Santos
“’Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” (Hebreos 11:11). En el andar cristiano, decir “creo en Dios” es sumamente natural. Sin embargo, todos atravesamos momentos que nos hacen dudar de Él y confiar en nuestros propios medios.
El matrimonio de Abraham y Sara nos ayuda a aprender que esto es un error. Ellos dudaron que Jehová tenía un plan para cumplir la promesa hecha a Abram de que tendría descendencia y decidieron intentar ayudar a Dios. Él es siempre fiel, y siempre el mismo. En Su tiempo perfecto, Él concedió que Isaac naciera para completar Su perfecto plan. De eso se trata la vida de fe, de no perder de vista que las promesas de Dios no solamente son para nuestro goce y satisfacción, sino para llevar a cabo Su propósito divino.