2 Cor. 12
Pastor Mario Cano
La vida del creyente no es libre de pecado. El apóstol Pablo lo admitió y compartió sobre el poder que todavía puede tener después de que hemos entregado nuestra vida a Cristo. Es una lucha constante en la que sólo podemos salir triunfantes teniendo una comunión real con nuestro Señor. Todo pecado nace primero en nuestros corazones, y si no nos detenemos a reflexionar sobre la condición de nuestro interior, Satanás puede tejer redes que nos lleven a serias consecuencias.
En esta serie de tres mensajes, aprendemos sobre el pecado en la vida del creyente.