Is. 45:22; 1 Tim. 2:5; 2 Cor. 5:20
A partir del Edén y hasta nuestros días, Dios sigue llamando al hombre para restaurar Su comunión con él. El hombre es un ser caído y vive alienado de los propósitos de su creación. Esta condición insatisfactoria ha producido una búsqueda estéril alejado de su Creador. Es en medio de esta condición precaria que Dios ha descendido al hombre haciéndole un llamado divino al arrepentimiento para otorgarle gracia y redimirlo de esta condición.